Pocas veces me he topado con artículos tan entrañables acerca de los perros guía. Es muy interesante ver cómo se percibe desde fuera, desde la óptica de alguien externo, la relación entre el perro y el dueño.
Aquí os dejo el artículo, para reflexionar un poco.
Paloma PEDRERO
El perro amante
11 Septiembre 10
: En la sala Cuarta Pared de Madrid reponían «Rebeldías posibles», interesantísima obra de Javier Yagüe y Luis García Araus. Las sillas estaban situadas en círculo alrededor del escenario. La iluminación se expandía hacia el público como queriendo hacernos actores del espectáculo. Y allí en la primera fila, casi en escena, estaba él. El perro del hombre ciego. Era grande, blanco, con pelo largo y ojos inmensos. Precioso. A su lado el hombre jugaba con la correa suavemente, con devoción, como si se tratase de una pulsera querida. El perro, lo prometo, observaba la función. Miraba, se levantaba cuando había peleas, se tumbaba en las escenas tranquilas, sonreía en las escenas de amor… Pero lo más impresionante era ver la relación que tenía con su compañero ciego. En ningún momento perdió el contacto con él. Se le acercaba para recibir su mano, una mano con tal calidad de caricia que daban ganas de ponerse debajo. También, cuando la obra se ponía triste, el can apoyaba la cabeza en las piernas de su protegido, muy sutilmente, muy sin agobiar. Y cuando sentía las risas del público daba leves coletazos a su entregado dueño, que no dejaba de responder con mimos a su perro. Esa noche, a pesar del buen trabajo de los actores, algunos no pudimos resistirnos a mirar al perro blanco y al hombre ciego. Incluso una de las actrices, en el saludo final, hizo un gesto hacia el protagonista ausente. Eso, un aplauso para él. Porque si en el teatro, como en todas las artes, siempre se habla de amor, ese perro blanco y su amigo ciego nos habían dado un espectáculo único. Original. Sin una sola trampa.
Sacado de: http://www.larazon.es/noticia/4922-el-perro-amante
No hay comentarios:
Publicar un comentario