domingo, 3 de junio de 2012

Un perro guía llamado Milagro

*Nota: La siguiente historia no es mía. Es del blog que escribe María de Ancos, intérprete abitual de los grupos de españoles que acudimos a la escuela Leader Dogs for The Blind, en Rochester (Michigan).

Aprovecho para recomendaros su blog, http://lafenetredemariepoulain.blogspot.com.es/, donde estos días está narrando el actual curso de entrega de perros guía para un nuevo grupo de españoles. Muy, pero que muy recomendable :)



“Nobody has ever measured, not even poets, how much the heart can hold” – Zelda Fitzgerald









Hace poco colgué esta cita en mi perfil, o la utilicé como cita del día en la Escuela de Inglés, en mi trabajo, no recuerdo…













“Nadie ha medido nunca, ni siquiera los poetas, cuánto puede aguantar el corazón”













Ahora, apenas unos días después, lo he confirmado… o he alcanzado a comprender las palabras de Zelda. Porque… somos egocéntricos y enseguida nos aplicamos cualquier máxima o cita; la relacionamos con lo que nos pasa a nosotros mismos. Tampoco creo que sea malo… Si con ello aplicamos un poco de sabiduría (de esta que viene en esos pequeños frasquitos de grandes esencias que tanto me gustan y que hace años busco y recopilo como tesoros) a lo que nos pasa.













Simplemente, hay otros a los que les pasa… más.













Estos días en Nueva Zelanda, en el 14ºCongreso Internacional de Movilidad, he sido testigo de experiencias e historias sorprendentes, increíbles… enriquecedoras.













Pero fue una de ellas la que me impactó, hizo que se me saltaran las lágrimas y me trajo esta cita a la cabeza. Una de esas historias que inmediatamente sientes la necesidad de compartir… asombrosa! Recordé a mis compañeros de Leader Dogs for the Blind, en Michigan, y de la Fundación ONCE del Perro Guía. Y pensé en cuánto habrían disfrutado escuchando la ponencia de Per Lundgren y viendo los vídeos de esta mujer increíble, de este perro increíble… de toda una familia increíble al fin.



















Desafortunadamente los vídeos no están disponibles en ninguna web así que… lo único que puedo hacer para compartir esta historia es plantearme aquí nuevamente, tras lo que aquellas imágenes me inspiraron… si alguien, aunque sea los poetas, puede llegar a calcular cuánto puede aguantar el corazón humano…













El corazón de Heather pudo aguantar su ceguera, que la vida la privara del tesoro de ver el mundo… pudo y puede aguantar percibirlo “sólo” a través de todos sus demás sentidos.







Y el mundo se lo recompensó con un marido que la quiere y la cuida… Y con… 7 hijos.













Su corazón pudo aguantar que 4 de ellos heredaran su discapacidad visual. Su corazón pudo y puede aguantar que también ellos “vean” el mundo a través de sus otros sentidos y con la ayuda de un bastón blanco que manejan con admirable maestría y desde edad tan temprana que cualquiera que les ve no puede evitar sentirse la persona más descoordinada del mundo. Y el mundo se lo recompensó haciendo de cada uno de esos niños un ser humano ejemplar, modélico, que respeta a sus hermanos como nadie haciendo entre todos que su hogar, con una complejidad difícil de imaginar para quien no se ha enfrentado nunca a una dificultad parecida, sea un entorno armónico donde todos ellos bailan de habitación en habitación, como siguiendo una coreografía perfecta, sin haberla ensayado siquiera.













Su corazón pudo aguantar el duro entrenamiento con Per, y las numerosas adaptaciones a lo largo de los años para adaptar sus técnicas de movilidad con perro guía a las distintas circunstancias de su familia a medida que la prole iba creciendo. Y el mundo se lo recompensó con el pequeño héroe, suave, dorado, con cuatro patas y cara de ángel, que Per encontró y entrenó para ella. Un ángel que lleva trabajando para Heather ya 5 años, que aprendió todo cuanto Per le enseñaba… e incluso más! Era imposible escuchar a Per y ver las imágenes que nos mostró sin emocionarse al sentir su orgullo cuando su alumno ejemplar protegía a Heather y a su familia con movimientos que ni siquiera él le había enseñado!













Caminar con una niña y un niño de la mano (éste último acompañado de su bastón), un gemelo colgado a la espalda y su hermano colgado en el pecho (más todos los bártulos que cualquier madre pasea permanentemente en su bolso: biberones, pañales, toallitas…40 kilos se echaba esta mujer a la espalda para salir de casa!!), dos niños más caminando detrás y un perro guía al lado que debe encontrar la manera de encontrar espacio para que toda la familia esquive cualquier obstáculo… Parece más de lo que cualquier corazón podría aguantar… y más de lo que cualquier perro guía podría conseguir…













Pero eso tampoco lo ha medido nadie nunca, ni siquiera los poetas, ni siquiera los instructores de perros guía. Muchos le aconsejaban a Per no malgastar su esfuerzo ni su tiempo. Era demasiado… inabarcable… imposible! Pero Per no quiso rendirse… buscó y rebuscó al perro perfecto. Lo adiestró a conciencia. Diseñó un asa de arnés especial… mágica si queréis verlo así… un asa que permitía a Heather caminar con un espacio entre ella y su ángel (suficiente para uno de los niños) de manera que la coreografía de paseo de toda la familia encajara a la perfección… Cuando se conseguía la combinación de pasos perfecta… había que introducir cambios de nuevo. Los niños seguían creciendo… Los gemelos empezaban a caminar y abandonaban así el pecho y la espalda de su madre, sumándose al cuerpo de baile. Y llegaban nuevos bailarines… Sí, Heather se quedó embarazada de nuevo…













Aunque parezca mentira, aunque sintamos que nos acercamos al límite de lo que podría aguantar un corazón humano… el de Heather podía con esto y con más. De nuevo pudo aguantar la incertidumbre de no saber si este nuevo miembro de la familia heredaría también o no su discapacidad visual. Y de nuevo experimentar y adaptar su movilidad con perro guía, con la ayuda de Per. También incansable, también sin límite… también de valor incalculable.













Y tal vez con la ironía suficiente como para contradecir a aquella popular serie americana de los años 80 “Con 8 basta”, cuando Per nos hablaba hace un par de días de su experiencia con Heather en esta 14ª edición de IMC en Nueva Zelanda, nos contaba además que estaba de nuevo embarazada. Su peculiar compañía de baile recibirá así la llegada de su 9º miembro. Con discapacidad visual o sin ella el nuevo retoño se unirá a la coreografía que Heather, su marido y su precioso labrador ya anticipan ya con Per mientras esperan impacientes su llegada.













Si esto no demuestra que el corazón humano no tiene límite… no sé qué podría demostrarlo. Aunque también sé que os estoy hablando de personas excepcionales… puede que si haya un límite y que en su caso sea tan alto que a todos los demás nos desborde…













Gracias Per, por enseñar al mundo tu maravilloso trabajo. Por dejarnos conocer a Heather y su familia… y a su pequeño gran héroe.













Ser testigo de maravillas así te provoca un torbellino en el corazón… que, sí, hace que se te salten las lágrimas, se te quiebre la voz e incluso se te olvide seguir traduciendo por momentos la conferencia en la que estás como intérprete… Pero… quién sabe? Quizá esas sacudidas en lo más profundo del corazón lo dilaten para siempre haciendo que su límite sea mayor… que se acerque un poco más al de estos seres extraordinarios.