jueves, 24 de mayo de 2012

El hombre de los macarrones

Tengo un vecino... Bueno, no. Tengo un amigo, Jorge, que es vecino mío, con el que me llevo genial. Desde hace poco más de un año, por circunstancias varias que no vienen al caso, Jorge se ha convertido en casi un hermano para mí y para mi pareja. Él vive solo, con su gatito blanco, precioso, que es sordo. Curiosamente, su gato se lleva bien con Brilyn, mi perra guía. No es que se revuelquen juntos por el suelo cada vez que se ven ni nada por el estilo, al fin y al cabo, un gato es un gato, y por muy cariñoso que sea, siempre será reservado comparado con un perro. Pero sí que beben juntos del mismo plato, juegan al escondite, y se toleran respetuosamente. Pero de esta relación gatoperruna os hablaré otro día. O quizás no, ya veremos ;)



En realidad, lo que quería contaros es que mi vecino Jorge y yo compartimos un montón de confidencias. Cada vez que a él le pasa algo curioso me llama, me lo cuenta, y juntos diseccionamos y analizamos la jugada, y viceversa.

El caso es que hace un par de semanas, Jorge me llamó todo indignado, para contarme una situación surrealista que le había ocurrido a un amigo suyo.



Era un día normal. Su amigo había ido a hacer la compra. Mientras estaba en la cola para pagar (una cola repleta de gente, por cierto), un señor de mediana edad, sin mala pinta, un hombre de familia, se acercó con su carrito, en el cual sólo llevaba un par de cartones de leche, varios paquetes de macarrones y tomate frito. Entonces el señor se dirigió a la gente que esperaba en la cola, suplicando: “Por favor, ¿podrían darme una pequeña ayuda para comprar estos productos? Sólo voy a comprar lo que ven aquí, nada más. Es para dar de comer a mis hijos. YO no tengo trabajo y les tengo en casa conmigo, pero no puedo pagar la comida. ¿Podrían dejarme lo justo para pagar esto?”

Las personas que estaban allí y que le escucharon perfectamente, comenzaron a mirar al suelo, o a inspeccionar con atención el brillo de sus zapatos. Otros directamente miraban hacia otro lado, o al techo, desconcertados. Nadie sabía qué hacer o cómo reaccionar, hasta que el amigo de Jorge, sorprendido por la actitud pasiva de estas personas, comenzó a decirles que si no tenían vergüenza, que aquel señor sólo estaba pidiendo algo de dinero para dar de comer a sus hijos, que no se lo iba a gastar en drogas ni en nada raro, que le parecía increíble que nadie se ofreciese a darle lo más mínimo. Cada vez más indignado y asqueado, les gritó que si no fuesen tan egoístas, tal vez la gente no tendría que llegar a esos extremos, que deberíamos ser más solidarios entre nosotros, y que si ponían 50 céntimos cada uno (¡50 céntimos!), seguramente le llegaría de sobra a ese señor para llevarles la comida a sus hijos.



Al final, a algunos se les removió la conciencia y sacaron unas pocas monedas sueltas, y entre todos, y el resto que lo puso el chico indignado, juntaron los 4 euros y pico que le iba a costar al hombre comprar la comida para sus hijos.



Como veis, la historia tuvo un final feliz. O bueno, digamos que un poco menos triste, gracias a este chico que se indignó y agitó la conciencia de esas personas, que desconcertadas, pretendían mirar hacia otro lado, sin prestar la menor ayuda y sin parpadear ante la desgracia del hombre de los macarrones.



Cuando mi vecino Jorge me lo contó el otro día, lleno de rabia e indignación, me confesó que le había sorprendido el egoísmo de aquellas personas. ¿Acaso no se daban cuenta de que cualquiera de nosotros podemos acabar en una situación similar? Hoy tenemos trabajo y cobramos nuestro sueldo a fin de mes, pero ¿qué ocurriría si mañana nos quedásemos sin ese trabajo? ¿Y si no pudiésemos cobrar el paro? Cualquiera de nosotros podemos vernos en esa misma situación, no es tan imposible. Por desgracia, hoy no.

Otra cosa que le sorprendió a Jorge, tan buenazo como siempre, es que aquellas personas se hubiesen mostrado tan asombrosamente egoístas, que ni fueron capaces de sacar voluntariamente un euro, o unos céntimos, para ayudar entre todos a este buen hombre. Incluso viendo ante sus propios ojos lo que el señor iba a comprar, es como si no se fiasen, como si no se creyesen que el señor fuese a invertir el dinero en algo tan sencillo como la comida de sus hijos. ¿Tan desconfiados nos hemos vuelto? ¿Tan fríos e insensibles que no lo creemos aunque lo tengamos delante? ¿En qué clase de sociedad nos hemos convertido? Si ni siquiera somos capaces de desprendernos de unos míseros céntimos para ayudar a una persona que los necesita con más desesperación que nosotros, ¿qué clase de personas somos?



Esta historia fue real. Ocurrió en el súper del barrio del amigo de Jorge, pero perfectamente podría haber ocurrido en vuestro barrio. Quizás en estos momentos algunos de vuestros vecinos, de vuestros amigos, alguien que conocéis y que no está tan lejos como pensáis lo está pasando tan mal como el hombre de los macarrones. Y tal vez, como le pasó a él, nadie quiera echarle una mano, y necesite al chico que se indigna y que agita la conciencia de los demás. Puede que vosotros mismos seáis ese chico, o puede que alguna vez hayáis necesitado que os ayuden a comprar vuestros macarrones. O tal vez, ahora os estéis dando cuenta de que en algún momento habéis sido esas personas que miraban al suelo incómodas, y habéis necesitado que alguien os abriese los ojos.



¿Os habéis encontrado alguna vez en una situación similar? ¿Habéis sentido vergüenza de las personas que os rodeaban por haber sido incapaces de ayudar al hombre de los macarrones? ¿Alguna vez habéis sido como ese chico indignado y avergonzado de esta sociedad egoísta?



sábado, 19 de mayo de 2012

Conociendo mejor la Oficina Permanente Especializada en discapacidad (OPE)

Una visita a la Oficina Permanente Especializada (OPE) en discapacidad



Depende del Consejo Nacional de la Discapacidad y atiende consultas de personas con discapacidad.

Fuente: www.discapnet.es

La Oficina Permanente Especializada (OPE) es el lugar de donde han salido muchas de las recomendaciones y propuestas para mejorar la vida de las personas con discapacidad. Seis féminas muy cualificadas y con el denominador común de querer ayudar a los demás componen el equipo de la OPE. Marisa Peña está al frente de esta oficina, que dirige desde 2005, cuando se fundó. Sus claves son el buen ambiente y la atención siempre personalizada y buscando soluciones a consultas o quejas que llegan hasta ellas.

Cada año realizan una serie de informes con sus acciones, las consultas que les han llegado y una parte muy importante: las propuestas y recomendaciones que se presentan a los ministerios y administraciones.

¿Qué es lo que más me ha llamado la atención? Los hechos. Desde esta oficina se han conseguido grandes cosas y se han ido derribando barreras. ¿Su consigna? Conseguir que las personas con discapacidad puedan tener una vida independiente y autónoma.

Sus grandes hitos...



Hay muchas cosas que se han conseguido gracias a la intervención y peticiones realizadas desde la OPE a administraciones y organismos públicos.

Por ejemplo, la tarjeta de la discapacidad, que ya se está utilizando en algunas Comunidades Autónomas, fue una petición que salió de la OPE en 2005. También solicitaron, y a día de hoy es una realidad, el que hubiera la posibilidad de pedir una cita previa para hacerse el DNI o que hubiera ayudas económicas para derribar barreras tanto arquitectónicas (ascensor, rampa...) como de comunicación (videoportero) en las viviendas.

Cada año la OPE hace un gran trabajo analizando las quejas y peticiones de los usuarios, y valorando qué cosas aún no se han conseguido para normalizar la vida de las personas con discapacidad. Entonces se presentan estas propuestas ante el Pleno del Consejo Nacional de la Discapacidad. Dichas propuestas además llevan asociado un proceso de seguimiento para ver si se ponen en marcha o no.

"Estos años se han ido derribando barreras y las consultas van evolucionando, porque se van logrando cosas", nos explica la directora de la OPE, Maria Luisa Peña. Al año cuentan con casi 300 consultas y todas tienen respuesta.

Entre sus próximos objetivos se encuentra el conseguir que haya una coordinación del teléfono de emergencias 112 en toda España. Su meta es que todas las personas puedan acceder a este servicio estén donde estén. En la actualidad solo algunas CCAA cuentan con este servicio.

Atención, respuestas de consultas, y mucho más...



Pero la OPE no solo se encarga de atender consultas, quejas y peticiones, sino que también realiza documentos de información y sensibilización en lectura fácil, para que lleguen a todos. En breve lanzará un tríptico informativo sobre el autismo y la correcta utilización del lenguaje en los medios de comunicación.

Y por último, y no por ello menos importante, dan clases de sensibilización y trato adecuado hacia las personas con discapacidad. Ya han formado a policias y guardias civiles, y es una formación que se recibe de muy buen grado.

¿Cómo contactar con la OPE?



La OPE ha abierto muchas vías para que los ciudadanos puedan hacerles llegar sus consultas. El medio más utilizado es el e-mail, pero también han habilitado SMS o Whatsapp, por ejemplo para personas con discapacidad auditiva. Y pronto habilitarán en su web un formulario para poder enviar las consultas con firma digital.

Horario de 9 a 14 horas de lunes a viernes

Paseo de la Castellana, 67, 6ª Planta.
Despachos A-682 y A-684 (acceso por entrada principal del Ministerio de Fomento)
Madrid - 28071

"Si ha presentado una consulta y /o queja y quiere conocer su estado de tramitación llame a estos números de teléfono fijos": 91 822 65 12 / 91 822 65 13 / 91 822 65 14 / 91 822 65 23 / 91 822 65 25.

SMS y WHATSAPP
607 897 803

Fax: 91 363 50 74

Correo electrónico: oficinape@msssi.es

¿Respuestas?


Si tienen dudas, consultas o sufren algún caso de discriminación, puedes contactar con esta oficina. Siempre hay respuesta, puede tardar de una a dos meses dependiendo de la complejidad de la consulta.

"Siempre se intenta buscar una solución, aunque sea dificil", explica Marisa.

Desde aquí nuestras felicitaciones para este gran equipo y para la gran labor que realizan.

Más información y contacto con la oficina en el siguiente enlace

Oficina Permanente Especializada (OPE)